domingo, 22 de noviembre de 2009

Berlín

Es un misterio, el placer de buscar formas en las nubes.
Será porque creo en las hadas.
Misteriosos para mí, son también los días fríos, cuando al viento le entra el berrinche y se niega a ver a la gente peinada. Son perfectos eso días para acompañarse por nadie. Y para ver pasar a la gente con las manos en los bolsillos o agarrandose el abrigo cerca del cuello. Es como si no fuera Costa Rica, es como entrar al cine. O como aparecerse en Berlín. Yo es que tengo flashbacks futuristas.

Es un misterio el placer de las burbujas.
Será porque creo en los duendes. Y en las partituras.
Y en los amigos...
Y es que hay gente de gente, pero hay gente única, e irrepetible. Y con la que se pasa tanto tiempo que hasta se me ondula el pelo, o se me mutan las palabras y las frases. Y parte de mi es también ser un poco como usted. Y a la que se quiere con locura, que hasta el orgullo no vale nada.
Y por eso es que me gustaría la idea de ser su amiga, nada más, ya se sabe. Por eso, porque hay gente irrepetible y yo soy una de esas. O sea usted también, pero yo más, y pareciera que no hay campo en su agenda. Y no es que me haya cansado. Es que le toca buscar campo en el calendario y después llevarme al parque de la paz.
Será porque creo en los papalotes.

O si no, no... y pues nada. Será porque creo en mis soles.

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