Hay días buenos. Son esos en los que estoy contenta a pesar de todo y de todos. Esos días en que digo: "Todo está bien, ya pasó lo peor". O son esos días en que de hecho, siento que todo está bien. Son anaranjados. O también, son esos días en que mi memoria hace alarde de su reducida eficacia, y decide olvidar por un rato cualquier cosa que me encoja el corazón. También son días buenos cuando me rodeo de gente sonriente, cuando hago cosas que me gustan, y cuando la música me hace infinita. Son días de colores. Esos son días buenos.
También hay días malos. Son grises o tormentosos. Oscuros. Pero de esos no quiero hablar, porque son malos.
Y hay días como beige. Zen diría Nicole. No son días de colores, pero tampoco son días oscuros. Son días como hoy, en que mi memoria decide funcionar y me duelen las costillas desde dentro, pero no me apago. Incluso puedo ignorar el hoyo, dejarlo que esté ahí, no se puede hacer nada con él, pero tampoco es que me incomode mucho, es ... digamos aceptable. Son días en que dejo ser todo lo que tenga que ser. En que respiro y digo: está bien hay días mejores, pero también hay peores.
Son días en que me doy cuenta de algo totalmente relevante en mi persona: NO SOY UNA COBARDE. A los días buenos y los días malos, no les tengo miedo, a ninguno de los dos, por muy peligrosos que sean. Sé vivir. Soy valiente... Y vieran como cuesta encontrar gente valiente estos días.
3 comentarios:
sobre todo gente valiente con el cromosoma X
pero sí rica mami deliciosa! ud es valiente
Me ancanta este post!!!
totalmente identificada!
Lo feo de los días Zen es ese hoyito molesto que está ahí... a mi no me resulta aceptable, pero no puedo hacer nada con él... entonces?? Qda seguir viviendo y ya... algún día va a terminar de desaparecer...
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