Si la clase de teorías nos traumó pero ni modo.
Pues si, se dice que la incomunicación surge cuando dos personas o grupos no se dicen muchas cosas. Pues obvio que en una sociedad como la nuestra (sí sí, la anomia) no podemos hablar de tooodo lo que se nos ocurra con tooodos. Es decir, hay temas, hay cosas que aún a las personas mas cercanas no les contamos...
Y entonces se da la incomunicación:
“A entiende a B, y, a su vez, B entiende lo que dice A. Pero cualquiera de ellos puede sentir la necesidad de decir más y en éste sentido no es suficiente la consideración de que podría decírselo a sí mismo (…) si la necesidad emerge, no es suficiente con el sabría decírmelo o podría decírmelo, sino con el debería poder decirlo (al otro)” (Castilla del pino, 1979. Pág 20)
Siempre hay algo que queremos decir, no me gusta a veces, tener muchas ganas de decir algo y callarme, porque sí, porque podría pasar algo malo, porque podría arruinar cosas... Todos deberían decir eso, eso que quema el interior, y que tiene ganas de salir, como el aire dentro de la escultura de arcilla, que cuando esta termina de secarse busca desesperadamente salir al exterior y la rompe.
Y es que hay tantos secretos, tantos temas tabú, tantos miedos... Y la gente se calla, pero a veces y sólo a veces alguien dice algo y todos quieren participar, seguro por eso me gusta
la esquina del cangrejo...
Pero aún así
hay tanto que no decimos,
y aquí termina mi entrada porque podría escapárseme algo...
y me da miedo el resultado.