viernes, 16 de octubre de 2009

Audiovisual

La cosa es que muchas veces, sobretodo a solas, a solas aún cuando está rodeada de gente, ella entra a otra dimensión. Sí, así como lo oye, salta de pronto, y todo es diferente. Es como ver una película de Zhang Yimou, como estar adentro de la escena de the Beauty Song, en La casa de las dagas voladoras.

Su preferida, fue en el la Plaza de la Democracia a las 9 de la mañana. El sol se colaba entre las nubes en algunos segundos, pero un viento frío revolvía su cabello mientras subía la plaza. Cada centímetro de suelo entre el Museo Nacional y los puestos de artesanías estaba cubierto, por alguna razón desconocida para ella, de papelitos plateados, eran cuadrados pequeños que resplandecían como espejos cuando un rayo de sol se dejaba caer.

De repente el soundtrack empezó a sonar "Playing Along- Keane"...
Se dio cuenta pues, que este era un momento de esos, y su paso se hizo mas lento...

El viento comenzó a soplar con mas fuerza, y los pedazos de espejo comenzaron a bailar en la plaza. El sol brilló con fuerza durante minutos esta vez, hacía destellar los papelitos y que la llama de su pelo rubio arremolinándose tuviera vida propia. Y cuando la canción llegó a su clímax "I'm gonna turn up de volume 'till I can't even think", el mundo comenzó a girar a su alrededor y no existió nada más. Carne de gallina, éxtasis, minutos, tal vez segundos, y después poco a poco todo volvió a la normalidad.
Y siguió caminando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Entiendo perfectamente a que te referís con lo de que el soundtrack comenzó a sonar. A veces me gusta pensar que la vida es como una película y que tiene una banda sonora. Pero, no una película tonta, no! Una de las buenas que te pueden hacer reír y llorar en la misma peli, entonces dependiendo de la situación, así es la canción y lo amo. Sencillamente lo amo. Y cuando todo calza y uno se da cuenta, es genial.