jueves, 15 de enero de 2009

El principito en la torre

El principito vivió sólo en su enorme torre toda su vida. Había sido una "vida" fría y solitaria, pero vivir encerrado en esa húmeda torre lo mantuvo a salvo de los peligros que rodean el bosque de esos extraños árboles de duraznos.

El problema del principito, es que, sí, es un príncipe, pero de una torre vacía y fría, que no es NADA comparado con lo que ofrece el mundo, ni siquiera con el sabor de un durazno. El vivir encerrado así, no le permitió nunca sentir, sentir nada, ni que era el sol, ni que era el cariño, ni que era cualquier sentimiento hacia nada... Cualquier sentimiento excepto uno: el miedo.

El principito no sabía que era soberano de nada, excepto de el peor defecto humano que existe, el mismo que lo mantenía atrapado en la torre de piedra. El pobre dejó pasar los años escondido, porque creía que estaba bien, que era mejor dejar palidecer su rostro bajo la sombra muerta de la roca a asoma sus ojos a la cálida luz solar que quemaría su piel, pensó que encerrado se protegía, nunca pensó que se encerraba.

La muerte del extraño príncipe era inminente, tanto tiempo horrorizado por miedos inexistentes lo hicieron incapaz de sobrevivir a las cosas más simples del mundo exterior. La torre no sólo endureció su rostro si no , que también petrificó su corazón, amar, hizo que se deshiciera como la arenisca de alguna roca interminable. Por eso murió, porque descubrió que ella era más importante que cualquier miedo encarnado, y que en realidad jamás había vivido hasta que decidió morir.

La moraleja (ya que se supone que los cuentos deben tener una) es que el miedo es parte de la naturaleza humana, sí, aveces es casi inevitable sentirse el ser mas cobarde del planeta. Pero les recuerdo que hay algo aún mas grande que el miedo, más humano, mas sublime, mas poderoso, y más inevitable: el amor.

Damas y caballeros, siempre tendrán dos opciones, el maldito miedo o el amor. Si he de darles un consejo es que SIEMPRE escojan el amor... Tal vez ustedes descubran como el principito, que aunque amar los lleve a la muerte, vivir con miedo NO ES VIVIR.

Por eso escribí: Época de duraznos y por eso estamos orgullosas de nuestro hermoso stop motion que pueden disfrutar acá: Época de duraznos

1 comentario:

patricia1489 dijo...

Ayer me metí a verlo y la verdad me encantó! y lo que más me gusta es la sección "cómo ponerle nombre a un stop motion" me reí montones, jaja todavía me acuerdo de la q decía algo como "el príncipe del afro" y tons luego decía "MANU!", me dio dem risa...

Bueno, la cosa es q como vos decís vivir con miedo no es vivir... y al final por "protegerse" se prohibe experimentar esas cosas que hacen q la vida se vuelva un sueño... qué aburrido pasar x la vida sin dejar huellas en nada ni en nadie, y q nadie deje huellas en uno, me da tristeza con solo pensar en esa posibilidad...

Es cierto que querer a alguien a veces duele pero eso no significa que no valga la pena, para mi querer es de valientes, de quienes se arriesgan a sufrir un poco con tal de experimentar el sentimiento más hermoso del mundo... Así que hay que ser valiente con ganas!!!

En serio me encantó esa historia!!! y el stop motion les quedó super chiva, felicidades a todas!!!